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El boleto del beso

  El primer amor.           Trágica historia secreta.                                                                         Escrito  07/10/2020 La mirada de aquel chico me distrajo de mis pensamientos sobre mi retardo a la escuela, de pronto fue como el tiempo se detuviera y me quedé viéndolo pasar hasta que él se dio cuenta y me sonrió. Era el chofer del camión 07 de los Zamora-Tangancícuaro. Un chico delgado, alto, sencillo y muy amable. Al subir al camión no me aceptaba mi monedita de 10, que en ese tiempo era lo que costaba el pasaje, yo tenía 14 años y llevaba puesto mi uniforme de la prepa CESZAM falda gris, camisa blanca 3/4 y chaleco azul marino. Él se me quedó viendo y me dijo que así estaba bien y yo me molesté porque sentía que me ignoraba y no quería que le pagara el pasaje. Así pasaron los días yo les decía a mis amigas que había un chico guapo que cada día me gustaba más que no me cobraba el pasaje y que además me miraba por el espejo retrovisor, ellas me decían q

Tocando el fondo

 No lo quería admitir pero en mi mundo, todo está bloqueado. No quiero decir que es depresión pero seguro sí o es algo parecido. Me siento en modo supervivencia, vulnerable muchas carencias, desamor y lo peor y lo de siempre. NO SE LO PUEDO CONTAR A NADIE. Lo cierto es que no tengo amigos, no sé tal vez no tengo esa habilidad o es que mi embarazo hace que todo me parezca un poco más complicado. Con Heriberto mi prometido hasta este momento siempre hemos tenido discusiones o peleas muy pero muy fuertes, muy graves. Al final siempre hemos vuelto y ahora con el bebé ha sido encantador por una parte pero problemático por otro. Él empezó a trabajar de 9 a 6 en la ferretería de su amigo ya nos veíamos menos o solo por la noche  y de repente los fines de semana empezó a irse a los gallos, a llegar borracho. Yo por mi embarazo comencé a dejar de salir, aburrirme en casa a deprimirme. Siempre yo los fines de semana preguntándome si ya se fue, si con quien anda, en donde está, reclamándole por t

Ilusiones quebradas.

Siempre soñé muchas cosas tontas en infantiles, cosas que ahora parecen estúpidas. Soñé alguna vez que me casaría a los 20 años con mi único primer novio y gran amor, en una iglesia, de blanco, fieles hasta el ultimo día de nuestras vidas, amando a esa persona. Que viviríamos en una casa grande en el campo y que yo siempre estaría en esa casa con mis hijos imaginarios. Eso lo soñé cuando estaba en secundaria o preparatoria, también imaginaba a mi ser amado muy guapo, estilo el príncipe de los videocuentos que veía en esa época, algo de tontería. Quiero saltarme la clase y tipo de novio que agarré todos los años después con una carente educación emocional, una casi invisible autoestima que se sostenía de mi gran timidez, expectativas muy fantasiosas sobre el amor y sin la idea de lo que significa un noviazgo serio a largo plazo. Al final  como a las 26 años me puse muy seria, quería algo formal quería todo el paquete, la boda de blanco por la iglesia, la casa, la fidelidad y el amor por

El anuncio

      E ra primero de agosto del 2023, literal ayer, se nos había hecho tarde para la cita y la doctora ya estaba dentro del consultorio, me hizo una breve entrevista que acabó en un "Felicidades" y me indicó que ahora debía recostarme para revisar que "todo" estuviera bien, así que me hizo ponerme una bata desechable no sin antes preguntarme si quería que mi pareja pasara, le dije que estaba bien, así que él entró. La horrible sensación del asiento frio y yo  recostándome abriendo las piernas para que la doctora pudiera introducir el molesto aparato. En segundos y ante nuestros ojos el reflejo de la pantalla nos mostró una pequeña silueta de algo que parecía un mini fantasmita nadando en mis entrañas, no lo podíamos creer, era real y estaba ahí dentro. Para acabarla de hacer de emoción puso por segundos el audio del latido del corazón. Realmente yo no sabia que se les formara el corazón tan rápido y menos que este latiera a velocidad mayor que el de las personas ya

Mi vida

 Siempre vuelvo aquí pensando que había escapado de mi locura de escritora, lo cierto es que vuelvo ya mayor. Tengo 29 años. Mi nombres es Liliana Iveth y este es mi espacio para soñar, esta es mi vida. A veces no quiero admitir que mi ultimo escalón de mis veintes está por concluir el 8 de diciembre de este año. Me siento tan sola. me siento frustrada, me siento cansada, me siento muy deprimida  por muchos ambitos de mi vida. No encontraba otro espacio para abrir mi corazón más que aqui, revelar mis secretos, dejar que la culpa salga, dejar que esto quede a la deriva como un barco de papel en medio del agua, esperando que algunos extraños en internet logren leerlo, decifrarlo y armarlo. Y es que ya no puedo más ¿Has sentido la sensación querido lector de que si murieras en este intsante estaria todo bien? Es decir que ya viví lo suficiente, que ya hice todo lo que queria y que no queda más que hacer, creo que se llama desesperanza.